O Parrulo es más que un restaurante; es el legado de una tradición familiar que se ha transmitido de generación en generación. Crecí viendo cómo este lugar se convertía en un rincón donde los sabores gallegos y las historias familiares se entrelazan para ofrecer una experiencia única.

Como miembro de la familia, este restaurante representa no solo la pasión por la gastronomía gallega, sino también los lazos familiares que hemos construido a lo largo de los años. Cada plato cuenta una historia, y cada cliente se convierte en parte de nuestra gran familia.

Este es un tesoro que ha ido cuidado con amor y dedicación. Desde mi perspectiva, ver cómo evoluciona y mantiene viva la esencia de la cocina tradicional gallega es un motivo de orgullo. Aquí, la familia no solo comparte comidas, sino momentos inolvidables.

Ser parte de la familia que ha sido propietaria de O Parrulo es un gran honor. Este restaurante ha sido testigo de risas, celebraciones y momentos especiales. Para mí, O Parrulo es el vínculo que une generaciones, creando un espacio acogedor donde todos son bienvenidos a compartir la riqueza de la comida y la calidez familiar.